Dos palacios convertidos en hoteles en Álava

Son dos refugios perfectos para descubrir las riquezas culturales y degustar las delicias eno-gastronómicas de la región, dos estancias lujosas para descansar y dejarse atender... Dos hoteles únicos que no te puedes perder.  

El fascinante placer de alojarse en la Hacienda de San Rafael

La Hacienda de San Rafael ocupa la que en el siglo XVIIII fuera una próspera propiedad de olivos. Ahora, meticulosamente restaurada y convertida en un escondite delicioso, regala un equilibrio perfecto entre el encanto rústico y la sofisticación decorativa.  

 

Dos antiguos caseríos, ahora convertidos en alojamientos fascinantes

Oar Cottage y Hotel Nafarrola, en Vizcaya, invitan a desconectar, a disfrutar de sus encantadores interiores y a encontrarse de lleno con la naturaleza. Con el summum del confort por dentro y la exuberancia más verde por fuera.

 

Palacio Helguera: sólo para auténticos sibaritas

Escondido en la naturaleza de Cantabria, Palacio Helguera está enclavado en una casona del siglo XVII, rehabilitada y decorada con un sinfín de antigüedades y obras de arte, y ofrece una singular experiencia de lujo que apreciarán sobre todo los viajeros más exquisitos.

Hospedaria: elegante simplicidad en el Argarve

En el Algarve portugués, entre la sierra y el mar, y muy cerca de Tavira, una antigua casa de postas es ahora un hotelito rural sin pretensiones, pero con un encanto fuera de serie. 

Hotel Arantza: lujo vegetal en Navarra

No te esperes un hotel rural al uso, más o menos “mono”. Éste es un lugar muy especial, escondido en la Navarra más verde, concebido como un lujoso refugio de bienestar y absoluto contacto con la naturaleza. 

 

Dos estancias palaciegas en La Rioja

Entre viñedos, bodegas, montañas, huertas, en pueblos de calles angostas y casas de piedra blasonadas, pocos alojamientos tienen tanto encanto como los palacios Condes de Cirac y Tondón. 

Caserío Aldeallana: desconexión 'glamour' en la naturaleza

Caserío Aldeallana es uno de esos hoteles en los que nos quedaríamos a vivir… En estos momentos de incertidumbre, qué delicia es poder desconectar unos días en la naturaleza segoviana y sentirse arropados entre sus paredes de lujo campestre.

Posada Seis Leguas: encanto colonial en Cantabria

Esta preciosa casa colonial con más de un siglo de antigüedad debe su nombre a su pasado y a su situación geográfica. Está dentro del llamado Camino Real que se abrió en el siglo XVIII para comunicar la meseta castellana con el puerto de Santander, como atestigua el leguario situado a las afueras del maravilloso pueblo de Riocorvo.

Tres hoteles inesperados en el corazón de Jaén

Es una provincia imperdible, una tierra extensa y apacible donde el olivar ocupa el horizonte. Tres hoteles muy especiales invitan a descubrir sus parques naturales y su impresionante legado histórico-artístico, las mil y una sorpresas de este desconocido paraíso interior.

Finca Serena: el lujo más relajante que puedas imaginar

Más de 40 hectáreas de olivos, cipreses, lavandas, limoneros, pinos y viñedos rodean esta increíble propiedad, nacida para poder disfrutar de la calma más absoluta en un entorno delicioso y con la vista perdida en el paisaje. Así es Finca Serena.

Izal Landetxea: el caserío con más encanto de Guipúzcoa

Si necesitas sumergirte en una atmósfera invadida por la naturaleza, respirar un micromundo de armonía y tranquilidad, y relajarte en espacios minimalistas plagados de buen gusto, Izal será tu paraíso particular.

Xuq: un refugio fascinante en las entrañas de la tierra

En el paisaje lleno de contrastes que forma la hoz del Júcar (Albacete) encontramos un valle con cuevas antiquísimas, con el único horizonte de la naturaleza y sus infinitos senderos, y un sólo sonido: el murmullo del río. Esas concavidades ruinosas durante cientos de años, transformadas hoy en suites de lujo, brindan ahora una atmósfera irrepetible.

La Coruña: cinco hoteles de campo fuera de lo común

Si quieres descubrir las costas e interiores más salvajes de la provincia, o perderte por mansiones palaciegas, playas escondidas y pueblos de tarjeta postal, estos cinco hoteles rurales son la elección perfecta.

Abadía Samitier: el tiempo detenido a los pies del Pirineo

Lo hemos comprobado. En esta pequeña abadía oscense de ambiente hogareño, situada muy cerca del Pirineo aragonés, se pierde la noción del tiempo. En verano, entre velas, notas de jazz y amable conversación... y, ahora en otoño, con animadas charlas alrededor de la lumbre y una botella de cava.

Mardenit: reposo mediterráneo de interior

Casi pegado al Mediterráneo, pero entre valles y montañas, y hasta con vistas a Ibiza en los días despejados, este pequeño hotel rural asegura desconexión total y placeres sencillos.

Évora: ahueca tu almohada entre muros centenarios

A medio camino entre Extremadura y Lisboa, la ciudad portuguesa de Évora, patrimonio mundial por la Unesco, merece ser descubierta sin prisas. Y qué mejor que desde tres edificios históricos que nos trasladan con todo su encanto a tiempos inmemoriales.

 

Molino Tejada: un oasis bucólico a orillas del río

Este molino cántabro del siglo XVI no es el típico hotel rural, sino un espacio idílico y bohemio para evadirse entre lujos campestres, fragantes bosques y el incesante fluir del Ebro.

Dos caseríos del País Vasco-francés para empaparse de verde

Entre el océano Atlántico y las montañas vascas, hay un pueblo de cuento que se llama St. Pee sur Nivelle. Allí abren sus puertas dos caseríos fuera de serie que permiten descubrir un ‘art de vivre’ de relax total en plena naturaleza. Con el verde, omnipresente, siempre en el horizonte.

El placer de la sencillez en 4 refugios menorquines

Siempre nos quedará Menorca... porque no hay 'djs' interrumpiendo el silencio de la playa, ni estrellas de los Goya o del fútbol luciendo palmito frente a los paparazzis. Pero sobre todo porque preserva sus calas salvajes, sus pueblos marcados por la historia, sus bosques de pinos y sus muros de piedra, a los que salpica con pequeños hoteles de un encanto loco.