Las cuatro edificaciones recuperadas –La Gualda, Antolín, El Cuco y Vidal-, con materiales originales y procedentes de derribos, y muchos objetos de almonedas, han dado paso a un hotel rural de autor, ecológico y sostenible. "Y que te iluminará el corazón", según indican sus dueños.
Su nombre recuerda su pasado y situación geográfica. Una heredad era un conjunto de propiedades -compuesto por una casa de labranza, cuadras, bodega, granero, molino o almazara, y forja o fragua- que otorgaba el rey. Y se sabe que en Gallipienzo hubo hasta tres. Beragu, por su parte, hace referencia al monte sobre el que se asienta el pueblo.
Sus 9 habitaciones temáticas se acompañan además de un bar-restaurante para degustar desayunos y platos de gastronomía tradicional navarra, terraza y jardín, y próximamente de una zona de spa & wellness.
A escasos 55 kilómetros de Pamplona, el pueblo en que se asienta es Gallipienzo, con un rico patrimonio histórico de origen medieval y un entorno natural único. El principal atractivo de la localidad es el observatorio de aves con vistas al desfiladero del río Aragón y a la reserva natural de Caparreta, y su proximidad a Sangüesa, Ujué, Ayesa, Lerga y San Martín de Unx.
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