Lo cuenta Ana Sánchez Juárez en Vanitatis. La maravillosa residencia malagueña del famoso decorador Jaime Parladé, que falleció en enero de 2015, ha sido transformada por sus descendientes en una exclusiva casa de huéspedes que invita a soñar y viajar en el tiempo.
Subiendo por la carretera de Ronda, muy cerca de Marbella, nos encontramos con esa finca de 20 hectáreas de olivos y alcornocales donde parece que el tiempo se ha detenido. Tras atravesar sus impresionantes jardines de plantas y flores exóticas con albercas, la casa principal es un derroche de muebles ingleses, telas indias, azulejos marroquíes y portugueses…
Alcuzcuz refleja a la perfección el estilo de Jaime Parladé, que mezclaba como nadie el carácter andaluz con la comodidad británica y los elementos marroquíes. Es un lugar único, una lección de estilo de vida, una experiencia mágica.
Andrés Parladé, uno de los herederos, lo explica así: "En esta casa familiar del siglo XIX, los invitados viajan atrás en el tiempo, pero con todas las comodidades de nuestros días. Consta de 6 habitaciones dobles con baño dentro de la casa principal, y 2 casitas con 1 dormitorio, salón y pequeña cocina fuera de la misma. Los precios de las habitaciones varían entre 180 y 250 euros la noche".
Sus admiradores ya podemos apreciar entonces todo el arte del que fue un hombre cultísimo, viajero incansable, amante de la ópera y la lectura... Uno de los
interioristas más geniales de todos los tiempos.
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