Hasta en Canarias,
donde reinan los resorts de lujo y los cómodos complejos del “todo incluido”, han
nacido algunos hoteles originales y cuidados que ofrecen una experiencia diferente
y más personal.
Este pequeño hotel de estética desenfadada y cálida, y atmósfera especialmente tranquila (sólo
para adultos), se beneficia de excepcionales vistas al mar y al casco antiguo de Corralejo. Se trata de una antigua pensión reconvertida, que ahora recibe a sus huéspedes con un cóctel de bienvenida y maravillosas sorpresas en su interior.
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Desde fuera parece una casa más de pescadores |
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La luminosa zona de recepción |
Prácticamente
teñidas de blanco y turquesa, las habitaciones seducen por su cálida
decoración, la ropa de cama de algodón puro y algunos detalles muy pensados,
como hielo y limón en el minibar para poder preparar bien una copa. Su ático es
otro espacio delicioso, envuelto por la brisa marina, con tumbonas para tomar
el sol y un jacuzzi a 32 grados todo el año.
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El sonido del mar se escucha desde la cama |
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Blanco, blanco, blanco... y turquesa |
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Suite con acceso a la terraza... |
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... y con tumbonas para aprovechar los rayos de sol |
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El ático sobre el Atlántico |
Además cuenta
con el restaurante Rompeolas, de estética marinera y con privilegiadas vistas
al océano, que propone una cocina sencilla basada en productos frescos (os recomiendo el carpaccio de bacalao y el cabrito frito), entre motivos de peces de madera procedentes de Bali y elementos pesqueros de Guetaria.
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La apetecible terraza del restaurante |
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No dejéis de probar los platos del día |
Propiedad de las hermanas Pérez Reta, ocupa un
precioso edificio de principios del siglo XX, con vistas al Parque Santa
Catalina y muy cerca de la playa de las Canteras. Con su aire cosmopolita y
pintoresco, alberga tan sólo 12 habitaciones de diversas categorías que hacen
posible que su personal tenga como misión dar el mejor servicio e
intentar mimar hasta el último detalle, creando una atmósfera relajada y sugerente.
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La fachada, todo un propósito de intenciones |
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Hasta la tipografía tiene su encanto |
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La recepción con su mensaje en la pared |
En la primera
planta se encuentran la recepción y varias habitaciones; en la segunda, una pequeña
zona de lectura y más habitaciones; y en la tercera, el resto de habitaciones y
una agradable terraza, en la que se sirven los desayunos y el brunch de los
fines de semana. En este lounge también es posible tomar el sol o admirar la llegada
de los grandes cruceros en el Muelle de la Luz.
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Con mueble accesorio para trabajar desde la cama |
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Los cabeceros de madera lavada le impregnan de cierto estilo nórdico |
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Zona de lectura y de estar |
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La terraza-lounge con sus mullidas tumbonas |
Situado en la zona residencial Ciudad
Jardín, se asienta en un edificio construido a principios del siglo XX por el
afamado arquitecto racionalista canario Miguel Martín Fernández de la Torre, que
ha sido recientemente rehabilitado por el arquitecto Agustín Díaz de Aguilar. Dividido
en tres plantas y con únicamente 5 habitaciones muy cuidadas, invita a comenzar
el día con el desayuno sano, casero, lleno de colores y aromas naturales que prepara
con cariño Manuela.
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Un remanso de paz en el centro de la ciudad |
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Decoración fresca y algo isleña |
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La luz entra a raudales por sus ventanas a la inglesa |
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Habitación con cabecero de paja y colcha en tonos pistacho |
Propiedad de David Sánchez Lanuza, y decorado en gran parte por Ana Lola Betancor, desde este concepto diferente de alojamiento también os sugerirán ideas e itinerarios para conocer la ciudad, descubrir su gastronomía, empaparse de su cultura y zambullirse en las mejores zonas de compras.
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