Construido sobre el antiguo palacio de verano del mariscal Lyautey, su joven propietario, el emprendedor Anis Sefrioui, encargó al arquitecto Christophe Pillet el armazón y contenido de este edificio depurado que sólo ha mantenido en pie el motivo de las elegantes arcadas que caracterizaban al anterior. Detrás de ellas se descubren ahora terrazas y atrios repletos de plantas, 50 habitaciones de ensueño, dos restaurantes, un rooftop bar con terraza panorámica y un spa Givenchy adosado a un hammam tradicional.
El luminoso y sofisticado lobby |
Terrazas clásicas enfocadas a la medina |
Terrazas en la azotea para disfrutar de noche |
Elementos locales dorados |
Cerámicas escogidas |
Rosas secas y fragantes |
Las habitaciones llaman la atención por sus enormes ventanales del suelo al techo, sus relajantes tonalidades grises y ocres, sus paredes de piedra y yeso esculpido... y sus cuartos de baño en mármol blanco y negro con tabiques de cristal transparente que se pueden aislar con velos si se desea.
Otros de sus rincones más apetecibles son la piscina panorámica; sus dos restaurantes, con cartas y atmósferas muy distintas -Amaraz está especializado en cocina marroquí y el Relais de París sigue un estilo de brasserie francesa-; y su Spa, firmado por Givenchy, con todo tipo de exclusivos tratamientos. Además, el hotel organiza circuitos temáticos con excelentes guías locales para poder descubrir las mil y una caras, conocidas o no, de la ciudad.
www.hotelsahrai.com
Vistas panorámicas desde las habitaciones |
Los originales cuartos de baño |
Piscina interior en el Spa |
Piscina exterior |
Interior del restaurante Amaraz |
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