En el animado barrio de Sant Antoni, entre la Ciutat Vella y el Eixample, un antiguo edificio modernista acaba de abrir sus puertas como un hotel sofisticado y acogedor que invita a descubrir el verdadero espíritu barcelonés.
ANTIGA CASA BUENAVISTA
La historia de este lugar se remonta a principios del siglo XX, cuando aquí había un famoso restaurante llamado Buenavista, fundado por Mateu Molleví y su mujer Conxita, bisabuelos de los actuales propietarios. Ahora, sus descendientes han recuperado el histórico edificio y lo han transformado en un hotel elegante y familiar -por supuesto con casa de comidas - muy al estilo tradicional barcelonés.
La reforma, concebida magistralmente por el Estudio TDB Arquitectura, del arquitecto Juan Trias de Bes, ha dado prioridad al confort de los huéspedes. Tras su fachada original, que mantiene los esgrafiados de época, los interiores también incorporan mobiliario de diseño elegido por el equipo de Minim y un sugerente interiorismo en su restaurante, obra de Concepción Padilla.
Sus 43 habitaciones (algunas con balcones y terrazas) proyectan por tanto esa sensación de "estar en casa", con sus suelos hidráulicos, techos de bóveda catalana, molduras, celosías, cristaleras, detalles arquitectónicos de estilo modernista y toques eclécticos contemporáneos. Además, brindan sábanas de algodón 100% egipcio para que tengas una “molt bona nit” y productos de acogida de Natura Bissé.
En el buen tiempo, los clientes pueden disfrutar de una piscina exclusiva ubicada en la azotea, con vistas privilegiadas a los tejados del Raval y Ciutat Vella, y de una entreplanta reservada con salones, biblioteca y sofás frente a la chimenea.
El apartado gastronómico es, lógicamente, otro de sus fuertes. Puedes empezar el día con un desayuno gourmet km.0, y almorzar o cenar de forma ligera -a base de tapas- o más contundente, con platos de cuchara y a la brasa, acompañados de su cerveza artesana o el vino de la casa, servido en jarra tradicional.
Iluminado por un lucernario, el restaurante tiene un pequeño patio con fuente y está decorado con dibujos que se utilizaban en las cartas de la antigua casa de comidas y con frases que también lucían en las paredes del histórico local, como Amb pa i vi es fa camí; Barriga llena, corazón contento; o No hi ha res millor que un trago amb porró.
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