Hotel Balcón de Córdoba: ¿te asomas?

En el casco antiguo de la ciudad, escondido en una casona del siglo XVII, íntimo y exuberante al mismo tiempo, es uno de esos hoteles que uno nunca se cansa de frecuentar. Quizá por el perfecto equilibrio que ofrece de buen gusto y bienestar.

HOTEL BALCÓN DE CÓRDOBA
www.balcondecordoba.com

Sus diversas estancias se reparten sigilosamente tras los muros y celosías del singular edificio y alrededor de tres patios con sus fuentes, entre terrazas intimistas y una azotea que casi permite tocar con la mano la Mezquita-Catedral. Esa atmósfera sosegada se acompaña con más de cien lápidas y columnas romanas e hispanomusulmanas que transportan a tiempos lejanos e invitan a redescubrir la apasionante historia de la ciudad.

Sus 10 habitaciones ofrecen ese mismo ambiente de quietud y serenidad, lejos del fragor de la calle, y con vistas a los tejados antiguos del barrio. Todas ellas conservan el encanto de una casa centenaria y las comodidades necesarias para el viajero actual. 

Nuestra favorita es Anahita, la suite más alta de la casa, con terraza privada y un salón en forma de torreón cerrado, ceñido por ventanas, como si fuera un recóndito palomar.

Su lounge bar sigue el mismo criterio de inspiración, con una selecta propuesta de bebidas en los rincones más emblemáticos de la casa: junto al naranjo en flor del patio, en el balcón superior mientras se contemplan las luces y siluetas de la vieja ciudad bajo el cielo estrellado… Y, si hace frío, sin problemas: podrás degustar un té moruno o un café vienés mochaccino, arropado en una mullida manta y al abrigo de una estufa.

Con vistas al jardín interior, su restaurante Pairi Daeza invita a saborear plácidamente sus originales propuestas gastronómicas, basadas en productos de la tierra y de temporada, pero elaborados con un toque de modernidad. ¡No te olvides de incluir en tu menú un plato de jamón ibérico de Los Pedroches y un surtido de quesos de Zuheros!