En un entorno mediterráneo de ensueño, este edificio dúplex recibe a sus huéspedes a tan sólo 10 minutos caminando desde la playa. Con vistas al mar y a la montaña, la casa cuenta con numerosos espacios compartidos que favorecen la convivencia y el disfrute: una amplia cocina–comedor, salón, chill out, piscina y jardín privado.

Tanto sus zonas comunes como las cuatro habitaciones –Cactus, Coral, Concha y Pájaro- destilan ingenuidad y buen gusto. Entre sus inmaculadas paredes sobresalen objetos muy mediterráneos, piezas de cerámica y cristal, fibras naturales y divertidos muebles de diseño, como lámparas Pet Lamp, estanterías de String Furniture o maceteros de West Elm.
Si has huido de la gran ciudad para encontrar la serenidad del mar, estás de enhorabuena. Agua Amarga es la típica aldea marinera de casas blancas, con deliciosos restaurantes para degustar productos de la tierra, las suficientes tiendas como para ir un rato de compras, y acantilados y calas para transportarse a otro mundo.
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