La llamada Toscana catalana goza de un clima privilegiado durante todo el año, de unos paisajes mágicos compuestos de pequeños pueblos medievales, espesos bosques de chopos y caminos sombreados por pinos y encinas, un litoral bañado por playas de aguas azul turquesa… Y allí, en Regencós, en una pequeña villa de casas de piedra, históricamente de ceramistas, descubrimos que el tiempo puede detenerse…
CAN CASI
El 1 de enero de 2013, la diseñadora de joyas Emma Vélez Bisbe, y su hijo Benito Escat Vélez, interiorista de profesión, decidieron abandonar Barcelona y poner rumbo a una masía ampurdanesa del siglo XVIII de la que Emma se había enamorado al cruzar su puerta por primera vez. Junto a su otro hijo Pablo y sus fieles compañeros Hermés y Puppy, había sido hasta entonces su refugio de vacaciones, pero del que podían disfrutar poco por la vorágine del trabajo.
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Jaulas antiguas en las paredes del porche... |
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... junto a muebles reciclados |
Así que de segunda residencia se transformó en un hotel rural de diseño que también seduce a los huéspedes a primera vista. La infraestructura se mantiene casi como cuando se edificó en 1704 y hasta se ha respetado su nombre, ya que esta casa de labranza perteneció a Casimiro, al que en el pueblo llamaban familiarmente Casi.
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Mezcolanza de estilos en la entrada... |
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... y en el agradable salón de estar |
Desde un salón común se accede a las cinco habitaciones, bautizadas con nombres relativos al descanso: Smile (con chimenea), Enjoy, Keep Calm & Relax, Love (dúplex y con terraza privada) y Happy (que es un pajar reconvertido), todas con televisor, wifi gratuito, base para iPod… y una decoración neo-rústica muy original: bañeras minimalistas, muebles reconvertidos, enormes candelabros…
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La habitación Smile, ligera y lumnosa |
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La colorista habitación Enjoy |
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El maravilloso cuarto de baño de la Keep Calm & Relax |
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Happy, la habitación más divertida |
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Y la más romántica... ¡Love! |
Además, en la antigua cocina de la masía se preparan los desayunos y cenas que luego se sirven en la terraza del jardín o junto a la gran chimenea, dependiendo del tiempo, y en el exterior cuenta con una piscina de agua salada rodeada de cuidados jardines.
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La cocina, prácticamente tal como era |
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¿A quién le apetece un chapuzón? |
El hotel también proporciona servicios de masajes, manicura y pedicura, bicicletas de montaña y clases de yoga, a la vez que puede organizar excursiones guiadas o viajes de un día para los clientes más inquietos.
HOTEL DEL TEATRE
A su vez, el Hotel del Teatre abre sus puertas en la misma plaza mayor de Regencós, en dos masías del siglo XVIII restauradas y diseñadas por Isabel López Vilalta, enfrente del antiguo teatro popular del pueblo (donde ahora se ubica su restaurante), un edificio de 1850 que también ha sido rehabilitado con mucho encanto.
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Toda de piedra... |
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... y madera patinada por los años |
Sus siete habitaciones, todas distintas y muy acogedoras, han sido decoradas con impecable gusto y cuentan con amplios baños en suite, zona de estar y los accesorios tecnológicos más avanzados. Este ambiente relajado e íntimo se debe en buena parte al cálido blanco de sus paredes, vigas de madera encaladas, algodones naturales y baldosas de terracota.
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Calma, paz, tranquilidad.... |
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... gracias a los tonos blancuzcos y terrosos |
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Cuartos de baño inmaculados |
En la "La Cuina del Teatre", que también está dotado de un moderno espacio vidriado con vistas a la piscina, al jardín del hotel y a la iglesia del pueblo, podrás degustar una cocina catalana tradicional basada en productos de temporada, pero con el toque personal y moderno de su chef Eduardo Puig.
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Antes del desayuno |
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La bucólica piscina |