Formentera atrapa en cada visita por sus transparentes
aguas, coloreadas como por arte de magia por sus praderas de posidonia; sus
infinitas playas y pequeñas calas; su inalterado espíritu isleño; y sus hoteles
concebidos para dejarse envolver por la calma mediterránea.
BLANCO HOTEL
En Es Pujols, es un nuevo hotel de diseño contemporáneo, con
líneas curvas y juegos de luz, inspirado en el color blanco de la isla. Aquí es
fácil desconectar, olvidarse de revisar el correo y responder al teléfono. Sus
78 habitaciones, cuidadosamente decoradas y con todo tipo de detalles, han sido
concebidas para disfrutar de unas más que merecidas vacaciones en el paraíso.
Este oasis a dos pasos de la playa cuenta también con
varias zonas gastronómicas (desayuno buffet con show cooking que se convierte
en un auténtico espectáculo de aromas y sabores, Cocktail Bar y Lounge Pool
Bar), piscina exterior, jacuzzi y una amplia zona de solarium con hamacas y
camas balinesas.
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Tan sólo unas palmeras salpican el blanco inmaculado |
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Estamos en el Mediterráneo... |
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Bar especializado en cocktails |
ES MARES
Sosiego, calma, frescura, calidez… Es lo que ha conseguido
trasladar la interiorista Anna Profitós, del estudio barcelonés Deu i Deu, a
esta casa de piedra casi en ruinas en el casco antiguo de San Francisco Javier.
Es Marès es el nombre de la piedra arenosa característica de las islas
Pitiusas, usada en este hotel, pero también en las murallas renacentistas de
Ibiza, las torres de defensa de Formentera o la iglesia de San Ferrán.
El edificio combina el estilo tradicional de la isla con formas
más contemporáneas. Sus dieciocho habitaciones dobles se inspiran en la esencia
de la naturaleza y la cultura de la isla, y perfilan decorados singulares
creados con materiales nobles, colores y texturas naturales. La sala de estar,
el patio-jardín con piscina salinizada, el bar/ terraza, el restaurante –que ofrece
productos típicos y de temporada-. y el spa –con tratamientos faciales y corporales deliciosos-
siguen esa misma línea estética.
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Sólo tonos blancos y de madera natural |
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Libélulas y estrellas... |
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Cuartos de baño depurados |
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Con vistas al casco antiguo de San Francisco Javier |
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El luminoso restaurante |
ES RAM
Su nombre hace referencia a los dispositivos de madera de
sabina que los pescadores de la isla utilizan para llevar los barcos al agua. En
este eco-resort, la ecología, el respeto al medio ambiente y la conservación de
los recursos naturales no son una simple declaración de intenciones, sino una
realidad. Escondido entre los matorrales de la reserva natural de La Mola, es un lugar salvaje, silencioso y exclusivo.
Accesible tras un kilómetro y medio de camino de tierra, premia
a sus clientes con extraordinarias vistas, puestas de sol inolvidables y playas
de arena blanca y cristalina a las que sólo se puede llegar a través de escaleras
talladas en la roca. Cuenta con varias villas diferentes e independientes y un
edificio principal, La Chumbera, en el que se alojan las recepción, la sala de
lectura y televisión, la terraza con vistas al mar donde se sirve el desayuno buffet,
la zona chill-out (en la azotea), un pequeño restaurante y ocho exquisitas habitaciones
dobles.
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Camas balinesas repartidas por el jardín |
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Varias habitaciones cuentan con terraza privada |
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Inmersión en la naturaleza |
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Baños de estética rústica |
CAN AISHA
Me gusta tanto que no puedo dejar de mencionarlo… No es
propiamente un hotel, sino un pequeño complejo de cinco estudios (tipo suite) modernos, funcionales y con un toque
personal, con desayuno y limpieza diaria incluidos, situados entre las localidades
de Es Pujols y San Ferrán.
Todos cuentan con una decoración divertida, terraza
privada, wifi internet gratuito, cama de matrimonio, aire acondicionado, tv de pantalla
plana, canal satélite, radio cd con iphone/ipod, caja fuerte, cocina con
vitrocerámica, nevera, cafetera… En el exterior se ubican la zona de recepción
y el jardín con solárium y piscina.
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Aires coloniales en la recepción |
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La piscina con sus camas balinesas |
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A la hora del desayuno |
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Habitaciones amplias y relajantes |
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Terraza privada de una de las habitaciones |
GECKO BEACH CLUB
Junto a la playa de Migjorn, huye de las típicas
construcciones de la isla para sumergir a sus huéspedes en un ambiente moderno
en el que reina el minimalísmo. Este concepto de alojamiento diferente conjuga una
fuerte dosis de relax con la potente energía que fluye a través de la música
que lo envuelve y una decoración encantadora, sencilla y elegante, elaborada en
27 habitaciones dobles de espacios generosos, una tecnología a la última, y
terrazas con vistas al mar y a su frondoso jardín.
Su restaurante tiene tanta fama que conviene reservar con
varios días de antelación. Pero merece la pena: tanto el servicio como la gastronomía
-mediterránea e internacional, con toques orientales- son excepcionales.
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La piscina, rodeada de pinares |
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Habitaciones que reflejan es espíritu de la isla |
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Un restaurante que no pasa de moda |
En el cobijo de un apacible y sosegado pinar a cien
metros de la playa de Mitjorn, sus espacios tienen la única pretensión de parar
el tiempo y facilitar el contacto con la naturaleza. Los volúmenes exteriores, geométricos
y contundentes, mayoritariamente de color blanco, se combinan con interiores
coloridos y vitalistas para satisfacer la comodidad, la privacidad y el
disfrute.
Y lo consiguen con tan sólo cinco habitaciones sobrias y acogedoras, una
piscina, un bar, un porche para los desayunos, un honesty bar y una zona chillout
diseñada para el apalanque introspectivo. Todo con toques ingenuos y pinceladas boho...
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Las mesas de desayuno, en el porche |
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El bar Lola, para que te sirvas lo que quieras |
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Espacios para charlar y leer |
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Habitaciones sin más pretensiones que la comodidad |
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Cojines indios en las terrazas |
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Espacios aprovechados con gracia |
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