10 septiembre 2014

Cómo disfrutar del Hotel María Cristina… sin estar alojado

Desde su apertura en 1912, el hotel Maria Cristina siempre ha estado ligado a la vida de San Sebastián. Se refleja en el río Urumea y es el espejo del estilo cosmopolita de la ciudad... Mi parada obligada aunque nunca he estado alojada en él.




Me gusta a la luz del día, elegante y majestuoso, con su fachada de piedra arenisca cincelada desde hace más de cien años, y cuando se hace de noche, iluminado levemente. Me voy (con la mente) a finales del siglo XIX, cuando San Sebastián pasó de ser un pueblo de pescadores a una próspera y atractiva ciudad, y buscó su fuente de inspiración en Francia: los jardines de la Plaza de Guipúzcoa, de Pierre Ducasse, o el Gran Casino Kursaal, de Bluyssen, son otros ejemplos de ese gusto afrancesado.

Hotel María Critina


Hotel María Cristina
Imágenes imborrables

Para el diseño de este nuevo hotel se recurrió entonces al arquitecto parisino Charles Mewes, autor de los Ritz de Londres y Madrid, que junto a Francisco de Urcola Lazcanotegui consiguió convertirlo inmediatamente en el alojamiento favorito de la realeza, aristocracia y alta sociedad internacional de la época. Desde que la reina María Cristina traspasara oficialmente su umbral el 9 de julio de 1912, prácticamente todos los grandes de este mundo han dormido en sus habitaciones. Todavía se recuerda a Mata Hari y Coco Chanel en los dulces años de la Belle Époque; se desea olvidar cómo en 1936 hubo aquí enfrentamientos entre nacionales y republicanos (todavía se conservan los impactos de las balas); y cada año se revive su desfile de estrellas con ocasión del Festival de Cine.

Hotel María Cristina
El anagrama del hotel en las maderas barnizadas
Hotel María Cristina
Retratos del XIX por las paredes

Hotel María Cristina
Arañas centenarias en los techos

Hoy, la leyenda continúa. Cada vez que atravieso su entrada me siento atrapada por el lujoso interior: altísimas columnas, retratos impresionistas del siglo XIX, brocados de seda, imponentes candelabros, profundas alfombras…  Nos tomamos un café en uno de los salones –elegimos un sillón engalanado con la cresta del hotel en hilo dorado- y consultamos el Diario Vasco para informarnos de las mareas. Hace un día espléndido y hay que aprovechar la playa.

Hotel María Cristina
El hall 

Hotel María Cristina
La Belle Epoque permanece en sus salones

Hotel María Cristina
Rincones con iluminación acogedora

Me asomo al restaurante Easo, donde los huéspedes toman cada día el desayuno. Enormes columnas rematadas con capiteles corintios dorados apoyan un techo de doble altura, junto a las yeserías con efigies y guirnaldas de flores de las paredes, e inmensas puertas francesas con cortinas de damasco. Su carta incluye fruta fresca, quesos vascos, salmón ahumado, una amplia variedad de platos fríos y, para los clientes asiáticos, hasta sopa congee. Todos los panes, pasteles y pastas de frutas se han cocido en el horno del hotel esta mañana. Huele maravillosamente.

Hotel María Cristina
A la hora del desayuno... 

Por la tarde-noche quedamos con amigos en el Bar Dry, también creado como homenaje al glamour de antaño. Está presidido por un retrato de Bette Davis, personaje inolvidable que salió de este hotel en ambulancia para fallecer a los pocos días en París. Este espacio combina ahora modernidad y tradición para poder degustar a cualquier hora tapas locales y sofisticados tentempiés acompañados de los cócteles y combinados de Javier de Las Muelas

Los azules intensos predominan en el interior...

Bar Dry San Sebastián
... y el blanco y negro en el exterior

De la carta de este verano pudimos probar el ceviche de salmón con langostinos, mango fresco y cilantro; el gazpacho de cereza; el ajoblanco de coco; la sardina marinada con piña y mostaza; y la hamburguesa Maricris. ¡Espectaculares! Y degustamos -con moderación- el Thousand Nights (ron Seven Tiki, anís estrellado, cardamomo verde, zumo de lima, azúcar de caña, Grand Marnier, maracuyá fresco), el Celebrity (Chambord, manzanilla, oro comestible, Mahou 5 estrellas) y el The Last Cocktail (ginebra, infusión de romero, coulis de pera, zumo de limón y vino espumoso).

Bar Dry San Sebastián
Fotografía de Marlene Dietrich 

Bar Dry San Sebastián
Bette Davis en el hotel María Critina

Otra opción puede ser almorzar o cenar en el Café Saigón, con entrada exterior y desde el hall del hotel, un espacio único con vistas privilegiadas al Teatro Victoria Eugenia. Tejidos naturales, tapices artesanos y porcelanas ocupan los rincones de este restaurante que propone una refinada carta asiática. ¿Mis recomendaciones? Los rollitos crujientes de langostinos con mango y albahaca; dimsum de pollo de corral con aroma de trufa; lomo de lubina al lemon grass y curry; y los cangrejitos fritos “soft shell crab” en tempura.

Café Saigón San Sebastián
Luces tamizadas en el Café Saigón

La oferta gastronómica del hotel María Cristina continúa con sus diversas clases de cocina y sumellería -que ofrece en colaboración con San Sebastian Food en un magnífico espacio de 500 metros cuadrados- y con su tienda gourmet, de la que siempre me traigo polvo de pimientos de Espelette, caviar de aceite de oliva y un kit para hacer los pinchos Gilda. De sus 107 habitaciones y 29 suites todavía no puedo opinar. Tengo que contentarme con las fotografías.  

Las habitaciones se decantan por los grises, cremas y púrpuras... 

Hotel María Cristina
... y las suites por los verdes y berenjenas

Hotel María Cristina

Paseo República Argentina, 4

20004 San Sebastián

Tel: + (34) 943 437 600

www.hotel-mariacristina.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario