Para mí, volver a París pasa por descubrir nuevos hoteles. Mi último
hallazgo ha sido el Emile, en el histórico y cultural barrio del Marais.
El Hotel Emile atrapa enseguida la atención con su fachada verde en una calle tranquila del Marais, muy cerca de la Place des Vosges y los museos Carnavalet y Picasso. Una vez dentro se aprecia un ambiente bastante masculino y chic, obra del decorador Alfred Klopper (colaborador de India Madhavi), que no ha escatimado detalles: moquetas Codimat a medida, papeles pintados de Cole and Son con motivos geométricos, interruptores y grifería vintage…
De sus 29 habitaciones –todas con decoraciones
gráficas y urbanas, que alternan el negro y el blanco, motivos simples e intemporales,
azulejos inspirados en los del metro parisino…-, reservé la Top-Floor. Lo
confieso: costaba unos euros más que las otras, pero no quería perderme sus vistas
espectaculares sobre los tejados de París, ni su cuarto de baño abuhardillado.
Afortunadamente, en este hotelito las habitaciones
no disponen de zona de trabajo, pero sí de esos servicios que nos pueden resultar muy útiles, como telefonear por 1 euro al día sin limitación de tiempo y disfrutar de acceso inalámbrico gratuito a Internet. Si has olvidado tu portátil y necesitas
navegar, en recepción te proporcionarán un iPad.
También me gustó su sistema de desayuno, incluido
en el precio –las habitaciones oscilan entre los 126 y 207 euros-, que se sirve al lado del lobby, en mesas altas con taburetes.
www.hotelemile.com
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