Sus propietarios, procedentes del mundo de la decoración y el estilismo, arreglaron este antiguo pajar para crear un pequeño y secreto hotel centrado en el descanso y la naturaleza, al estilo de las casas de huéspedes de la Provenza o la Toscana. En este caso, en un precioso pueblo del Ampurdán.
En Les Hamaques, ante todo resulta fascinante su apacible jardín, donde se suceden las hamacas colgadas en espacios de sol y sombra; su patio bajo el magnolio, rodeado de lavanda, hortensias y marquesas; el invernadero para los desayunos y cenas, con plantas tropicales y limoneros; la alargada piscina…
Dentro de la casa, tan sólo cinco habitaciones, cada una
con su sello particular: Magnolia, que conecta con el jardín; Glicina, dedicada
a la planta que emparra su terraza privada; Buganvilla, asomada al jardín desde
sus seis ventanas; Acacia, con su tranquila terraza; y Bambú, la más amplia y
con jardín privado, perfecta para aislarse y desconectar.
Como casi todos los hoteles especiales, éste también
tiene su historia. Dominique Joly d’Aussy es francés y se dedica a la rehabilitación
de casas, al interiorismo y al diseño. Ino Coll, su mujer, es periodista y
estilista y colabora en revistas como La Casa de Marie Claire, AD, Habitania… Un
buen día decidieron dejar Barcelona para instalarse en la que hasta entonces
había sido su casa de fines de semana, un antiguo pajar al que han dotado de un
confort extremo y detalles excepcionales, como muebles de familia, objetos
procedentes de anticuarios y mercadillos de todo el mundo, y piezas vintage
firmadas por Ingo Maurer, Philippe Starck o Noguchi.
www.leshamaques.com
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