Tres villas fuera de serie para alojarse en San Sebastián

Para esos viajeros que buscan alojamientos singulares, una atmósfera íntima y relajante, y cierta distancia del bullicio del centro, el antiguo barrio de las embajadas de San Sebastián –Ategorrieta- atesora tres villas que derrochan encanto.

ARBOS HOUSE

www.arboshouse.com

Rodeada de árboles frente al monte Ulia, es una villa de estilo neovasco que fue construida en 1930 por el arquitecto Luis Elizalde. Entonces se llamó Mendi Mendiyan y ahora ha sido bautizada como Arbos House para reflejar su peculiar proyecto de hospitalidad: ser como un segundo hogar para descansar y descubrir San Sebastián de una manera diferente.

Tras atravesar el jardín se llega a la planta principal, con su amplia entrada, su chimenea, sus ventanales con vidrieras, y sus salones con vistas a la vegetación. Enseguida apreciamos su ambiente íntimo y familiar, perfecto para aquellos que buscan un alojamiento de fuerte personalidad en un entorno relajante.

Cada una de sus cuatro habitaciones ha sido decorada individualmente. Pero todas, inundadas de luz, transmiten exclusividad y confort, entre sus techos, paredes y suelos llamativamente blancos. 

Su propietaria, Yosune, cuida además personalmente de que todo esté siempre impecable, como la ropa de cama de satén 100% algodón egipcio, la disposición diaria de agua, café Nespresso y té (ya que no tiene servicio de desayuno), y las flores frescas que salpican muchos de los rincones. 

VILLA BIRDIE

www.villabirdie.com

Vecina de otras mansiones centenarias y muy cerca del restaurante Arzak, Villa Birdie también exhibe el estilo neovasco de principios de siglo XX. La antigua residencia del cónsul de Austria ha sido reformada por su propietaria Blanca Calparsoro y la diseñadora de interiores Myriam Larrea para convertirse hoy en un exquisito hospedaje. 

Eguzki, Ilargi, Betizu, Amalur y Mari son los nombres de sus cinco habitaciones, que hacen un guiño a la mitología vasca. Cada una es única y personal, resultado de la inspiración, pero todas comparten luz, silencio y detalles tan apetecibles como cafetera Nespresso, minibar gratuito, albornoz y zapatillas…

Su salón comedor se caracteriza por una preciosa cúpula que se funde con los suelos de mármol bambú, junto con un rincón de lectura que transporta a épocas pasadas. Desde ahí se pasa a la terraza con piscina, jacuzzi, solárium y zona de estar. El desayuno se sirve tanto en el comedor noble como en el exterior, dependiendo lógicamente del tiempo.

VILLA SORO

www.villasoro.es

Esta villa rehabilitada de finales del siglo XIX, hoy patrimonio histórico de la ciudad, mantiene intacto el espíritu de la época con sus amplios salones, techos altos, chimeneas, una escalinata de madera tallada y una vidriera que representa el linaje familiar.

El jardín de la entrada -creado por Pierre Ducasse, el jardinero de la Casa Real que también diseñó los parques de Miramar, Ayete y Cristina Enea- da paso al edificio principal, donde están ubicados el bar, la sala de reuniones, un salón privado para los huéspedes y las habitaciones individuales. Por su parte, las antiguas caballerizas albergan las habitaciones dobles y el gimnasio.  

El hotel también cuenta con un encantador salón-bistró-sala de lectura, exposiciones temporales de artistas vascos, y selectos productos gastronómicos locales que se pueden degustar en el bar y con el servicio de habitaciones.