CASA CORAZON
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Cerca de Santa Gertrudis –pero, en realidad, en medio de la ansiada nada-, una centenaria casa de campo familiar cobija ahora 8 dormitorios (6 con baño privado), una gran cocina, una amplia sala de estar, una biblioteca, patios, piscina, varias terrazas… y un montón de espacio ante la naturaleza ibicenca.
La decoración no se deja llevar además por las modas. Es rústica: paredes blancas, vigas de madera, muebles tradicionales, hierro forjado… Lo mismo que el desayuno, con exquisitos croissants, zumo de naranja recién exprimido, panes horneados en el pueblo, frutas, huevos revueltos, muesli… ¡Ah! Y si en cualquier momento te apetece una taza de té, simplemente puedes ir a la cocina y preparártela.
En esta granja restaurada del siglo XVII, ubicada en una colina rodeada de olivos cerca de Santa Eulalia, no hay televisión ni wifi, pero sí muchos muebles antiguos belgas y asiáticos, techos con vigas a la vista, paredes de piedra y suelos de baldosas. Entre la casa principal y las dependencias se reparten las ocho habitaciones y suites, todas diferentes, decoradas en tonos neutros con toques contemporáneos.
Su nombre se debe a un pozo que se encuentra muy cerca del hotel, en Santa Gertrudis, y acaba de nacer con la intención de reflejar el espíritu libre y bohemio de la isla. Elegancia, diseño, tradición y vanguardia se aúnan en sus suites y habitaciones, amplias, luminosas y alegres. Su desayuno incorpora además productos procedentes de las granjas, fincas, huertos y hornos cercanos para comenzar el día de la mejor manera posible: disfrutando sin prisas.
Al despertar, al final del día, tras la siesta, antes del aperitivo… Cualquier momento también es bueno para escaparse a la azotea y disfrutar de un refrescante baño en su piscina con vistas. O, si lo prefieres, unirte a una sesión de yoga, recibir un relajante masaje o tomarte un cóctel bien frío mientras la puesta de sol cae sobre las colinas y los campos circundantes.
Dominando la bahía y el puerto, sus habitaciones y suites, glamurosas y románticas, y su espectacular piscina rodeada de olivos, sumergen en un universo íntimo y especialmente apacible, donde el mundo parecer girar muy lejos…
Puedes comenzar el día con el desayuno a la carta en Adolfo’s Corner o en la terraza de la torre -panes recién horneados, dulces de pasas y nueces, tortillas de setas, ajos tiernos, brie de Meaux trufado, jamón ibérico de bellota…- y finalizarlo en su espectacular Kyupiddo con platos sorprendentes japanese fusion food, elaborados con los mejores productos del Mediterráneo.
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