Inaugurado el pasado septiembre al lado de la Plaza Stéphanie
y la Avenue Louise, en lo que era el antiguo Hotel Floris, este nuevo cuatro estrellas ofrece una fantástica decoración firmada por Michel Pennemau y rinde homenaje al mundo de la
fotografía.
Sus propietarios, Fabian Henrion y su mujer Isabelle, han
conseguido transformar esta mansión burguesa de principios del siglo XX en un
espacio de atmósfera urbana, con acentos industriales, pero acogedor. Así, junto a los tubos de calefacción exentos pintados en negro mate, conviven por ejemplo muebles de anticuarios y procedentes de almonedas.
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Fotografías XL encima del cabecero |
Dedicado a la fotografía, a través de proyectores, vitrinas
con aparatos vintage, viejos asientos de cine, imágenes ampliadas y una carta
cromática en blanco-negro-amarillo, ofrece 37 apetecibles habitaciones y un bar
con más de 50 cervezas belgas y mostrador de degustación de chocolate.
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Bar dedicado a las cervezas y chocolates... belgas |
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El salón del desayuno, presidido por un cartel antiguo de Kodak |
El matrimonio Henrion, junto a su socio Bernard Wimet, también
son propietarios del cercano Vintage Hotel (www.vintagehotel.be). Ubicado desde hace cinco años en un
antiguo asilo, dispone de 29 habitaciones con efectos pop sixties –papeles pintados,
mobiliario pastel, objetos de la época procedentes de mercadillos…-, un pequeño
patio (con caravana incluida) para disfrutar del buen tiempo, y un bar abierto
las 24 horas del día que cuenta con la supervisión del sommelier Tim Vandeput. Dos excelentes direcciones, por tanto, para romper el mito de la grisaille belga.
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Habitaciones años 60 |
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Salón del desayuno con muebles pop |
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El patio con su original caravana |
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