Nobis es uno de los grupos hoteleros más importantes de
Escandinavia, propiedad de Alessandro Catenacci, que afortunadamente no ha
impregnado a sus hoteles de una imagen corporativa estandarizada. Sus hoteles de
Estocolmo cautivan precisamente por su sofisticada personalidad, y sus ambiente propios, frescos y sin excesos.
Nobis Hotel
Está ubicado en dos magníficos edificios burgueses del siglo
XIX, que los arquitectos Oskar Ericsson y Johan Laurentz levantaron entonces
como residencias privadas, y que posteriormente pasaron a ser sedes de bancos,
firmas legales y marcas de moda. En su transformación como hotel intervino el
estudio de diseño Claesson Koivisto Rune, que ha mantenido un estilo clásico, a
la vez que lo ha dotado de nervio y modernidad, huyendo de los caducos
estándares de lujo tradicionales: esos terribles oros, terciopelos o recargadas
alfombras.
El resultado es un establecimiento tranquilo y relajante,
pero salpicado de detalles y sorpresas. Tanto en las habitaciones como en las zonas
comunes se respira una atmósfera de “casa particular”, conseguida gracias a una
cuidadosa selección de productos de diferentes fabricantes y diseñadores, y
materiales que envejecen muy bien, como la lana, madera, piedra, cuero y vidrio.
Ubicado en una de las plazas más elegantes de Estocolmo,
dispone de 201 habitaciones –impregnadas de colores suaves y con vistas a la
ciudad o a los patios-; del excelente restaurante italiano Caina; del más
informal Bistro (sus stuzzichinis son famosos en la ciudad); del Gold Bar con coctelería
de primera clase; y de animados salones que se llenan de vida sobre todo los
fines de semana.
Hotel Skeppsholmen
Hay pocos placeres comparables a alojarse en este auténtico oasis urbano que está asentado en un edificio del XVII, ubicado en un frondoso islote, junto al Museo
de Arte Moderno y el Museo Sueco de Arquitectura. Aquí, Claesson Koivisto Rune
tuvo que emplearse a fondo: las instalaciones fueron construidas para albergar
a la Marina Real de Karl XII con material de construcción procedente de castillos
en ruinas del campo, posteriormente
albergaron un hospicio para pobres infectados con la peste, y más tarde se
usaron de residencia militar.
Como el edificio es del gobierno sueco y está clasificado
como histórico, su transformación en hotel tuvo que respetar muchos de los
elementos originales, como los pasillos y escaleras, piezas forjadas, suelos de
ladrillo y madera… Sin embargo, las habitaciones transmiten una increíble sensación de paz e inspiración,
mientras que su informal restaurante Långa Raden concita las visitas de muchos
lugareños por su carta sueca y enclave excepcional.
Hotel J
Situado en el puerto deportivo de Estocolmo (Nacka Strand),
entre el archipiélago y la ciudad, su nombre se debe a un término del mundo de
la vela, en concreto a una regla de medición que fue utilizada en 1930 cuando
la flota británica de Sir Thomas Lipton se enfrentó a la de Estados Unidos en
la Copa América.
El hotel brinda ahora una atmósfera náutica, con una
decoración que recrea el estilo de las mansiones de Nueva Inglaterra en la
costa Este americana: mucho rojo, blanco y azul, carpintería de roble aceitado,
suelos oscuros barnizados… Al nuevo edificio se unen dos villas del siglo XIX, Tornvilla
y Fabrikörsvilla, entre robles y pinos majestuosos. Las 158 habitaciones y
suites del hotel están decoradas con buen gusto y ropa de cama de Gant,
mientras que su restaurante, especializado en pescados y mariscos, ofrece un
interior acogedor al mismo borde del agua.
Miss Clara Hotel
Inaugurado en abril de este año en una de las calles de moda más
famosas de Estocolmo, sus 92 habitaciones se reparten este edificio de 1910 que
inicialmente fue un colegio de niñas. Diseñado entonces por los arquitectos
Hagström y Ekman siguiendo el estilo Art Nouveau, ahora ha sido el arquitecto Gert
Wingårdh quien a aportado su toque maestro. Su nombre hace homenaje a Clara
Stromberg, último fichaje de los Scandinavian Design Hotels.
Con sus techos altos, grandes ventanales y elegantes
arcadas, para su decoración se ha recurrido a los mejores artesanos y
fabricantes de Suecia que exhiben aquí originales muebles de roble y cuero. Los
cuartos de baño, de piedra caliza, paredes de cristal y productos de tocador de
Orla Kiely, añaden su toque de ligereza a las habitaciones, revestidas con
suelos de parqué, paredes blancas y ropa de cama inmaculada. Su "halo escolar" también se aprecia en su gimnasio, sauna y en un
restaurante especializado en cocina europea libre de azúcares y harinas: ñoquis
de boquerones sin gluten, arenques con limón y aceite de oliva, porchetta de
cerdo sueco con hinojo caramelizado…
Stallmästaregården
Es la posada más antigua de Estocolmo (siglo XVII),
enclavada en un entorno idílico, en el Royal Haga Park y con vistas a la bahía.
El edificio histórico se conjunta ahora con el diseño contemporáneo en 49
habitaciones, varias zonas comunes, un bar, y un restaurante que propone cocina
tradicional y nuevos sabores suecos.