26 junio 2014

Palacio Ramalhete: Tesoro lisboeta

Está en una de mis calles favoritas –la de las Janelas Verdes-, en un centenario palacio restaurado con buen gusto, salpicado por patios floridos y con piscina en la azotea para ensimismarse sobre el Tajo… ¿Qué más se puede pedir?


Palacio Ramalhete



No todo el mundo entiende mi fascinación por Lisboa, ese no cansarme de volver una y otra vez. En parte puede deberse, lo reconozco, a que jamás me hospedo en el mismo sitio, y que cada hotel que descubro me sumerge en una atmósfera diferente de la ciudad. Mi última estancia ha transcurrido en el Palacio Ramalhete, un edificio del XVIII conocido antiguamente como el Bouquet Palace –el que  Eca de Queiroz inmortalizó en “Los Maias”-, y que conserva cierto carácter británico intemporal. Su enclave, frente al Museo Nacional de Arte Antiguo y al lado de las mejores galerías de arte de la ciudad, así como sus toques nostálgicos portugueses mezclados con algo de fantasía, resultan buenos compañeros de viaje.


Palcio Ramalhete

Su escalera de entrada, con las paredes recubiertas de azulejos pombalinos, y su zona de recepción, con ventanas enfocadas al río y antiguas baldosas en negro y rojo, dejan entrever algo de lo que son el resto de las zonas comunes, espacios con mucha personalidad: una sala de desayunos, un bar, varios salones, una piscina con solárium (que utiliza agua caliente en invierno) y una sucesión de patios desiguales salpicados por frondosas flores y plantas. 


Palacio Ramalhete

Palacio Ramalhete

Palacio Ramalhete

Palacio Ramalhete

Palacio Ramalhete

Palacio Ramalhete

Palacio Ramalhete

Sus 12 habitaciones y suites se distinguen por una decoración diferente y por los diseños y usos que tuvieron en la antigua residencia. Resulta tan difícil elegir... 

Palacio Ramalhete

Palacio Ramalhete

Palacio Ramalhete

Palacio Ramalhete

Palacio Ramalhete

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