Marrakech cuenta con más de mil hoteles, para todos los
gustos, estados de ánimo y presupuestos. Aparte de sus cinco estrellas de fama
mundial, también alberga algunos reductos selectos que, a mi modo de ver,
destacan por “algo más”.
Les Deux Tours
En el Palmeral, a lo largo y ancho de 3 hectáreas, se levanta
este exquisito hotel de arquitectura árabe-andaluza. Tras el patio de entrada,
el refinamiento de lo antiguo y la sobriedad de lo contemporáneo se dan la mano
en sus 36 habitaciones, repartidas en 6 villas. Su jardín, rebosante de palmeras,
naranjos, jazmines, buganvillas, olivos y rosales, hace hueco a una piscina y a
varios estanques y fuentes. El hotel también dispone de hammam, varios
salones, un bar y un sofisticado restaurante.
Dixneuf La Ksour
En la medina, los arquitectos Karl Fournier y Elivier
Marty se han inspirado en la madarsa Ben Youssef para configurar este
fascinante hotel con 6 habitaciones, salones que invitan al viaje (con sofás
tipo club, estatuillas étnicas, fotos antiguas) y una biblioteca especializada
en arte. Y cómo no, también cuenta con un apacible patio con su estanque, terrazas
y solárium para relajarse frente al Altas y un excelente restaurante de cocina
tradicional marroquí.
El Fenn
La galerista Vanessa Branson, hermana de Richard Branson,
adquirió este antiguo palacio fortificado de principios del XIX para crear un
hotel e instalar una buena parte de su colección de arte: candelabros de
Francis Upritchard, fotos de Terence Donovan, lámparas de Batoul S’Himi… Además, transformó los espacios hasta
conseguir hacer realidad 21 estilosas suites, 3 piscinas de mármol, varios
salones, un piano-bar, un spa, un restaurante y terrazas secretas con columnas.
Palais Rhoul
Curioso hotel de inspiración greco-romana en el Palmeral,
dotado de 5 hectáreas de jardines. Las 12 habitaciones y 6 tiendas han sido
decoradas con grandiosidad, mientras que los salones sobrecogen por su
suntuosidad. Esta atmósfera, mitad oriental, mitad barroca, muy “viscontiana”,
impregna también su piscina con columnas, hammam y spa.
Ksar Char Bagh
En el Palmeral, un palacio inspirado en la arquitectura persa
del siglo XIV que Nicole y Patrick Grandsire-Levillair han creado de la nada. Sus
Harim Suites (algunas con terraza, jardín y piscina privada), al igual que sus
salones y restaurante a cargo de un chef francés, han sido decorados con
muebles sirios, alfombras iraníes, techos trabajados, estucos, arabescos… Su hammam,
su spa revestido de mármol rojo, y su jardín invadido de plantas aromáticas,
higueras y olivos rematan los servicios de este pequeño paraíso.
Talaa 12
Exquisita propiedad en la Medina del matrimonio belga
formado por Marianne Lacroix y Philippe Taburiaux. Me gusta su patio
sombreado por naranjos y palmeras, las amplias terrazas que dominan la ciudad
desde lo alto, sus salones abiertos, su hammam tradicional y sus acogedoras 8
habitaciones.
P’tit Habibi
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