ARKHÉ
www.arkhedepals. com
El abuelo de las antiguas propietarias compró esta vivienda cuando era joven y hospedó a los arroceros que iban a trabajar a los campos cercanos. En la familia les ha gustado mantener ese espíritu y ahora ofrecen sensaciones inesperadas a sus huéspedes: una luz blanquecina que se filtra entre las paredes de piedra, cojines mullidos que consiguen que el tiempo se pare unos minutos, obras de arte que salpican las estancias e invitan a disfrutar de la belleza, piezas de cerámica que atrapan la mirada…
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El abuelo de las antiguas propietarias compró esta vivienda cuando era joven y hospedó a los arroceros que iban a trabajar a los campos cercanos. En la familia les ha gustado mantener ese espíritu y ahora ofrecen sensaciones inesperadas a sus huéspedes: una luz blanquecina que se filtra entre las paredes de piedra, cojines mullidos que consiguen que el tiempo se pare unos minutos, obras de arte que salpican las estancias e invitan a disfrutar de la belleza, piezas de cerámica que atrapan la mirada…
Sus seis habitaciones desprenden una calma especial a través de tapicerías cálidas y suaves, colores inspirados en la naturaleza, recovecos de piedra, lámparas de mimbre, muebles patinados por el tiempo y flores delicadas.
Al despertar, Arkhé también es paisaje y equilibrio. Sus desayunos saludables deben degustarse sin prisas frente a los cielos del Ampurdán y la silueta del Quermany. Elaborados con ingredientes orgánicos de proximidad, incluyen frutas frescas, crackers de semillas con patés vegetales, batidos de manzana, mango y limón con jengibre, muesli casero con canela o cardamomo, panecillos de cebada y lino con tofu macerado con romero acompañado de germinados, rúcula, tomate y col lombarda…
También te recomendamos visitar su sala de exposiciones y su atractiva tienda, Fet de Pals, con muchos detalles productos para la casa. De puertas afuera te atraparán los cultivos de arroz, los caminos entre manzanos protegidos por cipreses, los viñedos de cepas enroscadas, el Montgrí, las Gavarres y la Costa Brava de acantilados rocosos y calas azules y cobijadas.
Cuando vuelvas, antes de resguardarte en la habitación, podrás descansar junto a la chimenea en invierno, y si es verano, contemplar desde la noche estrellada desde su terraza envuelta en jazmín.
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