CAS GASI
www.casgasi.com
Esta antigua casa payesa, restaurada con dedicación y cariño, descansa en una finca de cuatro hectáreas en un idílico paisaje mediterráneo: frondosos bosques de pinos, campos de naranjos, olivos, almendros, algarrobos, huertos de cultivo ecológico… Sus orígenes se remontan a 1880 y su nombre es el de la familia a la que perteneció durante varias generaciones. En 1989, los actuales propietarios comenzaron la apasionante tarea de restaurarla y convertirla en su hogar familiar, y diez años después, en compartir su belleza con huéspedes de todo el mundo.
Todo recuerda aquí a la tradicional arquitectura ibicenca -grandes porches y terrazas, gruesos muros, techos de viga de sabina…-, aunque sus interiores mezclan los elementos rústicos con antigüedades, elegantes muebles y obras de arte excepcionales, como las pinturas de James Taylor o las esculturas de Christopher Stone.
Esta atmósfera sin igual se debe a sus propietarios, el abogado ibicenco Luis Trigueros y su mujer, Margaret von Korff, barcelonesa de origen alemán, una apasionada del diseño y el arte. Junto a sus hijos Vera y Luis, que también ejercen de anfitriones cuando pueden, la filosofía que practican en la de “fusionar los lujos de la vida con una existencia sostenible”.
Esta atmósfera sin igual se debe a sus propietarios, el abogado ibicenco Luis Trigueros y su mujer, Margaret von Korff, barcelonesa de origen alemán, una apasionada del diseño y el arte. Junto a sus hijos Vera y Luis, que también ejercen de anfitriones cuando pueden, la filosofía que practican en la de “fusionar los lujos de la vida con una existencia sostenible”.
Un claro ejemplo son las habitaciones. Al entrar en cualquiera de ellas se tiene la sensación de haber llegado al sitio acertado. Sus espléndidas vistas, sus techos originales de sabina, paredes encaladas, suelos de terracota, tejidos exclusivos perfectamente combinados, azulejos pintados a mano de los cuartos de baño… dejan con la boca abierta, augurando un sueño reparador con sus camas de lujo con sobrecolchón y edredones de plumas, suaves sábanas de damasco, montones de almohadas y un romántico dosel con mosquitera.
Su cocina –como no podía ser de otra manera- se basa en productos de temporada de su huerto ecológico y el mejor pescado fresco y carne de la isla, a la vez que ofrece un bar de zumos y otro de cócteles. Su centro de bienestar ayuda a entrar también en ese estado de relajación total gracias a su sauna finlandesa, jacuzzi, gimnasio, masajes, cabinas de tratamiento y hasta clases de yoga gratuitas por la mañana.
LOS JARDINES DE PALERM
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El que fue uno de los primeros pequeños hoteles de lujo de aire rústico de la isla –instalado en una antigua casa ibicenca llamada Can Palerm, en una ladera cerca de San José- fue adquirido hace once años por Cristina y Christophe Briket, colombiana y belga, que han transformado los bungalows alrededor de la piscina y sus múltiples jardines de estética oriental en un reducto minimalista, inspirado en la sencillez ibicenca y la exuberancia natural.
Ahora, esta finca del siglo XVII con más de 1,5 hectáreas invita a sus huéspedes a disfrutar de sus dos piscinas rodeadas de paradisiacos jardines, terrazas chill-out bajo buganvillas y palmeras, maravillosas vistas al Mediterráneo y nueve habitaciones decoradas de forma individual que dan protagonismo a la piedra natural y a las maderas exóticas.
SES PITRERAS
www.sespitreras.com
Aunque ocupa un chalet de los años 70 cerca de Port des Torrent y no es en realidad un hotel rural, sí desprende un ambiente muy apacible gracias a su joven propietario, Alberto Buil, que lo adquirió en 2003 y se dejó aconsejar por el interiorista Joan Lau para transformarlo en un hotel boutique de líneas puras ibicencas. Sus siete habitaciones son todas únicas y diferentes, y disponen de una cálida terraza y un diseño mimado hasta el último rincón.
La piscina de piedra natural se encuentra rodeada por un bello jardín de palmeras, yucas y buganvillas, donde también se enclava un gastrobar con terraza chill-out. Además, en su Spa se puede disfrutar de piscina de hidromasaje, chorros de cervicales, cascadas de agua, camas de agua, bancos de burbujas, baño turco, sauna, zona de relajación y cabinas de tratamientos.
CAN TALAIAS
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Muy cerca del pueblo de San Carlos, dominando desde lo alto de un colina un manto de bosques de pinos, granjas y prados de trigo y algarrobos, se ubica esta antigua finca que en los años 60 adquirieron el actor cómico Terry Thomas y su mujer Belinda para edificar una casa de estilo ibicenco pero con el confort inglés: gruesos muros de piedra, bordes suavemente redondeados, suelos de madera oscura, enormes ventanas con forma de arco, bonitas chimeneas… Años después, su hijo Cushan y su mujer Laetitia decidieron además convertirlo en un agroturismo muy especial.
Sus seis amplias y espaciosas suites comparten espacio con una plantación de cactus, hierbas aromáticas y verduras; un gran jardín rústico mediterráneo (pinos parasoles, robles ibéricos, olivos, adelfas rosas…); y un comedor que se abastece de productos de fincas y mercados cercanos para deleitar nuestro paladar.
CA N’ESCANDELL
www.canescandell.com
Toni Escandell, el propietario de este hotel de San Juan resguardado tras cortinas de olivos, sabinas y almendros, guarda muchos secretos una vez traspasada su fachada blanca, morada y amarilla. El alma rústica de esta casa ibicenca se combina con un diseño exclusivo, que evita lámparas y bombillas (las luces se alojan en escondites y recovecos), que recurre a viejas barreras de corral para usarlas como puertas de armarios, o que emplea muros de cristal para separar distintos ambientes.
Sus ocho habitaciones, todas diferentes, encandilan con su decoración, chimenea y terraza, aunque el loft Es Trull es la que más llama la atención: está ubicada a cien metros de la casa principal, se llega hasta allí por un camino rodeado de muros milenarios y está enclavada en la antigua almazara de aceite.
CAN SASTRE
www.cansastre.com
John y Michaela te recibirán en su finca de 4 hectáreas para que degustes sus platos elaborados con productos biológicos, te aposentes en el bar chill-out de la piscina contemplando sus huertos de naranjos y descanses en sus espaciosas suites, alojadas entre gruesos muros de piedra natural. Cada una te seducirá con su toque personal: una brinda por ejemplo un gran cuarto de baño en piedra roja; otra ocupa una casita independiente; otra destaca por sus antigüedades… Un lugar encantador.
