27 julio 2014

Hoteles espectaculares en Marrakech (1ª Parte)

Dar es el nombre que en Marruecos se da a las casas tradicionales -simboliza el hogar, la intimidad, el refugio doméstico...- y que también han adoptado algunos hoteles fuera de serie que, una vez se visitan, son imposibles de olvidar.

Hoteles Marrakech

   
Dar Darma: Atmósfera suntuosa

En el distrito de Moqf, muy cerca de la plaza Jemaa El Fna, el Museo de Marrakech y la Escuela Coránica Medarsa Ben Youssef, casi nadie se fija en una pequeña puerta de madera. Nada hace presagiar que, tras franquearla, nos encontremos con un oasis de calma y frescor donde el tiempo parece detenerse.

Dar Darma

Dar Darma

Este palacio del siglo XVIII, renovado y restaurado según un espíritu contemporáneo refinado –nada menos que 1.200 metros cuadrados)-, fue hasta hace unos años la casa de vacaciones de un diseñador italiano. Alguien con muy buen gusto, ciertamente. Hoy, como hotel, ha preservado las decoraciones interiores de antaño en las que radica gran parte de su atractivo: vigas de madera pintadas a mano, molduras y mosaicos, viejos portones de cedro, paredes metalizadas, alfombras orientales, piezas vintage...

Dar Darma

Dar Darma

Dar Darma

Dar Darma

Un privilegio del que pueden disfrutar los huéspedes alojados en sus tan sólo 2 apartamentos y 4 suites, de atmósfera suntuosa y privada, lo que garantiza una intimidad absoluta. Las zonas comunes, incluyendo un precioso hammam, forman una especie de laberinto, con salones que se comunican con otros salones, pasillos, escaleras y patios.

Dar Darma

Dar Darma

Dar Darma

Todas las estancias son derroche decorativo que mezcla lo mejor de la tradición marroquí y el estilo colonial de Oriente: antigüedades, pieles de jaguar en el suelo, teteras artesanales, muebles de ébano con incrustaciones de madreperla y huesos de camello, cerámicas barnizadas en brillantes colores…

Dar darma

Dar Darma

Dar Darma

Dar Darma

Dar Darma

Es increíble estrenar el día desayunando bajo la pergola de su terraza, junto a una pequeña piscina con divanes y camas para relajarse, frente a cientos de antenas parabólicas y minaretes, y con el trasfondo de la Koutoubia, el palacio Dar El Bacha y el Atlas.

Dar Darma

Dar Darma

Dar Darma

Dar Darma

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Por la noche, en su restaurante, lo mejor es dejarse aconsejar por María, la cocinera, que prepara deliciosos platos locales: harira (sopa de verduras con finas rebanadas de pan árabe), tajine de cordero con dátiles y almendras, cuscús de 7 verduras, pastilla rellena de pollo o pichón, dulces de almendras y miel... 

Dar Darma

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Dar Nanka: Fusión de Oriente y Occidente

A 15 kilómetros de Marrakech he encontrado una de las mejores mezclas de Oriente y Occidente, de conjugación de épocas y culturas. Su nombre se debe a sus propietarios, Nancy y Mika, que junto a sus hijos, Vadim y Marithé, cambiaron hace años su Bélgica natal por este rincón paradisiaco.

Dar Nanka

Este matrimonio de apasionados por las antigüedades, antes de instalarse en Marrakech, ya habían restaurado y transformado en hotel un molino del siglo XVI en las Ardenas belgas. Ahora han conseguido trasmitir su vocación en cinco habitaciones (unas más femeninas, otras más sobrias), un pabellón independiente y varios bares y salones muy acogedores.

Dar Nanka

Dar Nanka

Dar Nanka

Para la decoración han optado por piezas antiguas recuperadas y muebles encontrados en Bab Khemis, que decapados y patinados dan a este hotel el encanto de lo auténtico. Además, su imaginación ha sido capaz de transformar viejos candelabros en pies de lámparas, contraventanas gastadas en puertas de armarios…

Dar Nanka

Dar Nanka

Dar Nanka

A las habitaciones se llega a través de una escalera de estilo provenzal encargada a un artesano local. En ellas destacan las colchas bereberes, los grabados franceses, los sacos de café que tapizan algunas butacas…

Dar Nanka

Dar Nanka

Dar Nanka

Dar Nanka

Dar Nanka

La vida transcurre aquí también al aire libre, entre sus porches y jardínplagado de olivos centenarios, árboles frutales y flores olorosas, donde se ubican las tumbonas alrededor de una tentadora piscina. Para la ambientación de su moderno spa, “Les perles de l’Atlas” han echado mano de Yaya, un célebre artista marroquí. 

Dar Nanka

Dar Nanka

Dar Nank

Dar Nanka

Dar Rkizlane: Como en la mansión de un pachá 

Más allá de las murallas de la ciudad, en el barrio del Hivernage, tras un imponente portal de hierro forjado, destaca un impresionante edificio rodeado de eucaliptus que refleja la elegancia de las villas burguesas de la zona. Este sueño arquitectónico ha sido posible gracias a la iniciativa del matrimonio formado por Ahmed y Catherine Sadki, empresarios turísticos, que han transformado dos edificios separados por un frondoso jardín en un hotel fascinante. 

Dar Rhizlane

Dar Rhizlane

Por fuera llaman la atención sus volúmenes -terrazas, verandas, minzehs en cedro macizo pintados en verde agua...- y, por dentro, sus cobres, espejos, tapices, cortinas de lino, algodones bordados, puffs de cuero, jarras de barro cocido de Taroudant... El diseñador encargado de este estilismo ha sido Charles Boccara, que ha recreado lo que hace un siglo podría haber sido la mansión de un rico pachá con su cúmulo de ladrillos rojos, paredes ocres en tadelakt y zelliges alrededor de la piscina y los estanques. 

Dar Rhizlane

Dar Rhizlane

La entrada sigue un largo y estrecho pasillo, como si fuera un derb de la Medina, que conduce a las 19 habitaciones y suites, decoradas con pieles, ricas maderas, terciopelos y sedas. A su vez, el jardín seduce con sus estanques (en los que flotan jacintos de agua, nenúfares y papyrus de Egipto), sus fuentes tapizadas con pétalo de rosas, y su apacible piscina. 

Dar Rhizlane

Dar Rhizlane

Dar Rhizlane

Dar Rhizlane

Para los huéspedes también resultan deliciosos sus salones y bares, su restaurante -que utiliza una vajilla encargada expresamente en Fez y cubertería de plata firmada por Guy Degrenne-, y su espacio de bienestar, que ofrece tratamientos a base de arcilla ghassoul, aceite de argan, henna, goma de acacia, aloe, higo de barbarie, rosa de El Kelàa, flor de naranjo... 

Dar Rhizlane

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